En una explotación lechera, el ordeño es la actividad más importante. En ella debe tratarse de disminuir al mínimo la contaminación de la leche, para así poder alcanzar las altas exigencias de los consumidores. Para ello se debe establecer una rutina de ordeño que debe ser respetada por todos los operarios, con el fin de reducir los casos de mastitis (que producen pérdidas económicas).
La mastitis es una reacción inflamatoria de la glándula mamaria que produce el aumento de las células somáticas (por presencia de patógenos) y puede desenlazar en la pérdida de funcionalidad de la glándula. La inflamación se produce como el resultado de golpes, presencia de patógenos y/o toxinas en el tejido de la glándula. Desde el punto de vista infeccioso, la mastitis se divide en ambiental (producido por un mal lavado de los pezones, no sellado de los mismos, en el secado de las vacas) y contagiosa (se encuentra en la leche y en la glándula mamaria y se transmite al momento del ordeño).
Para disminuir la incidencia de la mastitis se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:
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Higiene de los alojamientos ganaderos: las instalaciones ganaderas y las camas deben estar limpias, secas y sin presencia de materia orgánica para que las patas traseras y la ubre estén limpias.
- El operario debe utilizar guantes desechables y ropa limpia. Si durante el ordeño ensucia los guantes, debe cambiarlos.
Higiene de la ubre: antes del ordeño se deben limpiar los pezones. No se recomienda el uso de agua para la limpieza, porque arrastra suciedad y bacterias a la punta del pezón. En el caso de utilizar agua, el secado posterior debe ser muy cuidadoso. Si se aplica espuma, una vez que actúa, se deben secar con una toalla de papel o de tela seca. El uso de las toallas es individual. Se deben descartar los primero 2-3 chorros de leche, ya que son los que tienen mayor carga bacteriana y permite detectar los casos de mamitis. Para detectarla, puede utilizarse el test de california.
Fuente: https://www.buscagro.com/detalles/Guia-practica-para-el-control-de-mastitis-en-vacas-lecheras_73891.html
Luego del ordeño, el esfínter queda abierto por un corto lapso de tiempo. Por eso, se recomienda la utilización de un sellador post-ordeño que además de sellar, humecta la ubre y previene grietas.
- Debe evitarse el ordeño excesivo, como forma de cuidar la integridad de la ubre.
- Se deben revisar los filtros de la leche. En ellos puede observarse la presencia de mamitis y de suciedad en las ubres.
- La sala de ordeño debe estar limpia y diseñada con materiales de fácil limpieza y desinfección.
Luego del ordeño, la leche debe ser manipulada de forma correcta. Debe seguir una cadena de frío desde el ordeño hasta el consumo. El área de almacenamiento de la leche debe estar limpia. El equipo de almacenamiento debe ser de un material adecuado, estar correctamente refrigerado (según la frecuencia de recogida) y debe limpiarse correctamente (preferiblemente en los momentos posteriores a la recogida de la leche).
Consejo de Comercial Mida
Se recomienda seguir día a día la misma rutina de ordeño. En el caso de haber cambios, la misma deberá ajustarse. Se deberá reducir al máximo la incidencia de la mastitis, haciendo hincapié en la higiene para evitar pérdidas económicas innecesarias.