La limpieza de nuestra mejor aliada en invierno... La Chimenea
Para que nuestra chimenea dé el 100% de su rendimiento, es fundamental tenerla limpia. Además, una acumulación excesiva de hollín puede ser peligrosa, ya que el hollín da lugar a la creosota, una sustancia muy inflamable.
Lo primero que debemos hacer es revisar si nuestra chimenea necesita una limpieza de mantenimiento o si, por el contrario necesita que la limpiemos de forma profunda.
Es recomendable realizar una limpieza profunda al inicio de la temporada y luego realizar un mantenimiento mensual hasta final de la misma.
Si no sabes cómo limpiar tu chimenea, te contamos que existen dos métodos:
- Limpieza mecánica: se realiza utilizando un cepillo deshollinador llamado erizo. Traen una guía, de largo variable, para poder alcanzar todas las zonas de la chimenea. Suele ser realizada por personal especializado.
- Limpieza química: existen productos específicos, que disuelven los residuos del hollín, como por ejemplo las bolsitas, los troncos, los tubos, etc. Si bien la limpieza química es de mantenimiento, realizarla de forma regular evitará que los residuos queden adheridos de temporada en temporada. Para realizar ésta limpieza es muy importante que la chimenea esté caliente, por lo que debemos encender el fuego y dejarlo arder por un par de horas. Una vez transcurrido el tiempo, debemos introducir el producto seleccionado sin retirar el embalaje. La frecuencia del tratamiento dependerá del uso que le des a la chimenea. Una vez fría, se deberá retirar las cenizas y los residuos.
Consejo Comercial Mida: Siempre es recomendable, para el encendido, la utilización de astillas o pastillas de encendido en lugar de usar papeles.